jueves, 28 de febrero de 2013
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miércoles, 27 de febrero de 2013
Neuromarketing: ¿El escepticismo acecha?
MBA Americaeconomia
Hace no muchos años el inquietante y hasta perturbador concepto “neuromarketing” fue presentado como una disciplina revolucionaria. Junto a un cóctel de otras palabras como neurociencia, emociones, sensorial, inconsciente y subliminal, entre otros, aparecía como la clave para entender el comportamiento de los consumidores. Los más apasionados aseguraron incluso que las compañías podrían hasta leer la mente de sus clientes debido a sus poderosas gracias.
Y aunque todavía está en pleno desarrollo, el entusiasmo ha decantado para dar paso a un interesante debate respecto a sus alcances, a sus promesas y a las investigaciones que lo avalan, en el sentido de si son revisados o no por la comunidad científica.
Pero vamos por parte. ¿Qué es el neuromarketing? Roberto Álvarez, académico de la IE Business School, lo define como “la fusión de saberes de las neurociencias, la economía y el marketing”. O sea, es la aplicación de los estudios y tecnologías del área de la neurología -como la resonancia magnética funcional, la electroencefalografía y la estimulación magnética transcraneana- para determinar reacciones del cerebro ante ciertos estímulos o tareas.
“Desde el punto de vista del marketing, nos interesa establecer las reacciones emocionales del cerebro ante esos estímulos o tareas. El 95% de las decisiones que tomamos son, básicamente, emocionales. Sólo el 5% restante es un proceso racionalque se efectúa a posteriori de la decisión emocional, para justificarla”, agrega el profesional.
El conocer esas reacciones cerebrales da la oportunidad de construir modelos predictivos de comportamiento de los consumidores, redundando, explica Álvarez, en posibilidades de progreso para las marcas, en la garantización de una cuota de mercado, en alcanzar una fidelidad activa de los clientes, su satisfacción y deleite, en el encuentro de diferenciadores reales, en el desarrollo de nuevas categorías de productos y, por supuesto, en ventas y en resultados económicos.
Se persigue, entonces, que los estímulos a los que son sometidos los grupos de personas en estudio, puedan ser corregidos y mejorados hasta hallar la “respuesta perfecta, la adecuada, la esperada, la ideal”, asevera el docente en cuyo currículo figura un executive program en la Universidad de Harvard y un postdoctoral fellow in business administration en la Universidad de California, Berkeley, entre otras credenciales.
Complementa: “El neuromarketing hoy permite diseñar productos, mensajes y campañas de publicidad ideales; experiencias ideales en los puntos de encuentro con los clientes”, a través de estrategias holísticas que impactan en los cinco sentidos. Es decir, apelando al manejo de aromas, valores cromáticos, sonidos, superficies y temperaturas, entre otras variables.
René San Martín, psicólogo de la Universidad de Valparaíso, magíster en estudios cognitivos de la Universidad de Chile y doctor en psicología y neurociencias de laUniversidad de Duke, donde actualmente ejerce como investigador, propone algunas aclaraciones conceptuales.
Dice que, previo a las tecnologías de la neuroimagen, ya existía una diferencia “bastante clara” entre lo que es la psicología de la economía, la del consumidor y el marketing propiamente tal, como una aplicación de los “principios psicológicos y otras ramas de las humanidades. La misma distinción se puede llevar a las neurociencias".
En este contexto, el también director del Centro de Neuroeconomía de la Universidad Diego Portales (UDP) destaca que el neuromarketing usa algunos de esos “principios para impactar la conciencia”. Así, dicha disciplina aparece, por ahora, como un “esfuerzo empresarial más que científico o académico. Es muy difícil encontrar algún departamento de estudios en una universidad que se dedique al neuromarketing; sí vemos los que están dedicados a neuroeconomía o neurociencias de la conducta de consumo”.
Cuestionamientos
Como todo, el neuromarketing tiene defensores y detractores. Entre estos últimos, hay quienes no han dudado en calificarlo de pseudociencia. Una de las razones es la reserva de los estudios científicos que dan soporte a los hallazgos del neuromarketing. Esto es crucial entre los investigadores, quienes a través de la publicación de papers comparten resultados, los revisan, los comparan, los validan o los rebaten.
¿Por qué el secreto? Ya se enunciaba unos párrafos más arriba: esos estudios no tienen su origen en la academia, sino en el sector privado, en las compañías que implementarán sus eventuales hallazgos en estrategias comerciales. Y, como es obvio, las empresas compiten y no desean que el vecino se entere. “Parte del estatus de ciencia en nuestra época tiene que ver con pasar por un proceso de revisión de pares (…) En el neuromarketing no tenemos eso”, afirma San Martín.
De todas maneras, pone paños fríos al manifiestar que “no estoy en el ánimo de tratar, necesariamente, todo el esfuerzo del neuromarketing como pseudocientífico. La etiqueta de positivo o negativo per se, es simplificarlo demasiado”. Explica que el objetivo de quienes se abocan a esta técnica “es distinto: si una firma te contrata para hacer un estudio que haga su producto más atractivo, por eso mismo no se desea que el resultado esté al alcance de los competidores y que se publique”.
Coincide Miguel Muñoz, CEO de Conecta Research & Consulting, en España, y doctor en ciencias sociales de la Universidad de Edimburgo, quien además plantea que en esta materia abunda un lenguaje hiperbólico, que es una figura que consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de que se habla. “Para la ciencia, eso no es bueno. Creo que el neuromarketing es una gran exageración”, subraya, y sugiere que tras ello pueden subyacer intereses económicos, por hacer carrera o la propia fascinación que supone lo que él denomina como “mística del cerebro”.
Ahora bien, pese a que señala que los postulados de esta especialidad son reales, consigna que “no son tan importantes”. ¿Por qué? Responde que algunos descubrimientos que reclama el neuromarketing son, en verdad, de la psicología de las emociones o de la psicología de la toma de decisiones.
En resumen, Muñoz indica que esta técnica “no es tan revolucionaria. Hay quien dice que, con esto, todo lo que se ha hecho en marketing cambia, que es un nuevo paradigma, que nos está revelando cosas que antes no conocíamos. Eso no es cierto. Por ejemplo, pareciera que el neuromarketing ha descubierto el papel de las emociones y que, hasta ahora, no las habíamos tenido en cuenta ni en psicología ni en marketing ni en investigación de mercado. Eso no es cierto”.
Desde la otra vereda, Álvarez sostiene que la disciplina está en su niñez y que recién se implementan una serie de modelos que demuestran “una base científica muy sólida y que los resultados son extraordinariamente positivos”. Añade que muchas de las críticas son prejuicios por desconocimiento y reacciones por temor al cambio.
La dimensión ética
Al ser algo nuevo, los alcances éticos del neuromarketing están también en debate. En este sentido, cabe preguntarse: ¿es ético que, por ejemplo en una tienda, existan estímulos que una persona ignora para inducirla a hacer una compra que de otro modo no realizaría?
Álvarez contesta que las estrategias no son para “vencer a los individuos, pues asumiríamos que no tienen intelecto. Otra cosa es convencer. Hacer válida esa hipótesis (la de inducir una compra que de otro modo no ocurriría) sería asumir un poder que ni el mercado ni la realidad humana otorgan”.
De todas formas, plantea que muchas veces “los avances científicos van por delante del marco jurídico. En este momento, ni la neuroeconomía ni el neuromarketing tienen una regulación. Esto obliga a que todos quienes estamos involucrados profesionalmente en esta disciplina desarrollemos elevadas prácticas éticas”.
Muñoz advierte que el componente ético proviene de la aceptación de la utilización de conocimientos sobre la percepción y la toma de decisiones de los seres humanos.
Mientras, San Martín expone que la persuación no fue inventada por el neuromarketing y que se ha aplicado históricamente en campañas políticas y publicitarias, aunque aclara que es difícil saber qué tanto más poderosas se podrían hacer dichas estrategias gracias a esta especialidad.
Con todo, afirma que la discusión ética pasa, por una parte, por la divulgación de las investigaciones. “No hay mejor vacuna contra el conocimiento 'mal usado' que el conocimiento bien usado”, enfatiza, y complementa que es responsabilidad de las personas documentarse acerca de las “herramientas que se utilizan para persuadirnos. En general, nadie lo hace y tenemos pocas excusas en esta era de la información, donde cada vez hay más revistas electrónicas y blogs de acceso abierto, además del material de prensa”.
Por otro lado, alude a que el neuromarketing podría generar productos y servicios positivos para los individuos. “Con herramientas de la neurociencia puedes conocer preferencias válidas de los seres humanos y si les puedes dar en el gusto, ¿por qué no hacerlo?”.
Hace no muchos años el inquietante y hasta perturbador concepto “neuromarketing” fue presentado como una disciplina revolucionaria. Junto a un cóctel de otras palabras como neurociencia, emociones, sensorial, inconsciente y subliminal, entre otros, aparecía como la clave para entender el comportamiento de los consumidores. Los más apasionados aseguraron incluso que las compañías podrían hasta leer la mente de sus clientes debido a sus poderosas gracias.
Y aunque todavía está en pleno desarrollo, el entusiasmo ha decantado para dar paso a un interesante debate respecto a sus alcances, a sus promesas y a las investigaciones que lo avalan, en el sentido de si son revisados o no por la comunidad científica.
Pero vamos por parte. ¿Qué es el neuromarketing? Roberto Álvarez, académico de la IE Business School, lo define como “la fusión de saberes de las neurociencias, la economía y el marketing”. O sea, es la aplicación de los estudios y tecnologías del área de la neurología -como la resonancia magnética funcional, la electroencefalografía y la estimulación magnética transcraneana- para determinar reacciones del cerebro ante ciertos estímulos o tareas.
“Desde el punto de vista del marketing, nos interesa establecer las reacciones emocionales del cerebro ante esos estímulos o tareas. El 95% de las decisiones que tomamos son, básicamente, emocionales. Sólo el 5% restante es un proceso racionalque se efectúa a posteriori de la decisión emocional, para justificarla”, agrega el profesional.
El conocer esas reacciones cerebrales da la oportunidad de construir modelos predictivos de comportamiento de los consumidores, redundando, explica Álvarez, en posibilidades de progreso para las marcas, en la garantización de una cuota de mercado, en alcanzar una fidelidad activa de los clientes, su satisfacción y deleite, en el encuentro de diferenciadores reales, en el desarrollo de nuevas categorías de productos y, por supuesto, en ventas y en resultados económicos.
Se persigue, entonces, que los estímulos a los que son sometidos los grupos de personas en estudio, puedan ser corregidos y mejorados hasta hallar la “respuesta perfecta, la adecuada, la esperada, la ideal”, asevera el docente en cuyo currículo figura un executive program en la Universidad de Harvard y un postdoctoral fellow in business administration en la Universidad de California, Berkeley, entre otras credenciales.
Complementa: “El neuromarketing hoy permite diseñar productos, mensajes y campañas de publicidad ideales; experiencias ideales en los puntos de encuentro con los clientes”, a través de estrategias holísticas que impactan en los cinco sentidos. Es decir, apelando al manejo de aromas, valores cromáticos, sonidos, superficies y temperaturas, entre otras variables.
René San Martín, psicólogo de la Universidad de Valparaíso, magíster en estudios cognitivos de la Universidad de Chile y doctor en psicología y neurociencias de laUniversidad de Duke, donde actualmente ejerce como investigador, propone algunas aclaraciones conceptuales.
Dice que, previo a las tecnologías de la neuroimagen, ya existía una diferencia “bastante clara” entre lo que es la psicología de la economía, la del consumidor y el marketing propiamente tal, como una aplicación de los “principios psicológicos y otras ramas de las humanidades. La misma distinción se puede llevar a las neurociencias".
En este contexto, el también director del Centro de Neuroeconomía de la Universidad Diego Portales (UDP) destaca que el neuromarketing usa algunos de esos “principios para impactar la conciencia”. Así, dicha disciplina aparece, por ahora, como un “esfuerzo empresarial más que científico o académico. Es muy difícil encontrar algún departamento de estudios en una universidad que se dedique al neuromarketing; sí vemos los que están dedicados a neuroeconomía o neurociencias de la conducta de consumo”.
Cuestionamientos
Como todo, el neuromarketing tiene defensores y detractores. Entre estos últimos, hay quienes no han dudado en calificarlo de pseudociencia. Una de las razones es la reserva de los estudios científicos que dan soporte a los hallazgos del neuromarketing. Esto es crucial entre los investigadores, quienes a través de la publicación de papers comparten resultados, los revisan, los comparan, los validan o los rebaten.
¿Por qué el secreto? Ya se enunciaba unos párrafos más arriba: esos estudios no tienen su origen en la academia, sino en el sector privado, en las compañías que implementarán sus eventuales hallazgos en estrategias comerciales. Y, como es obvio, las empresas compiten y no desean que el vecino se entere. “Parte del estatus de ciencia en nuestra época tiene que ver con pasar por un proceso de revisión de pares (…) En el neuromarketing no tenemos eso”, afirma San Martín.
De todas maneras, pone paños fríos al manifiestar que “no estoy en el ánimo de tratar, necesariamente, todo el esfuerzo del neuromarketing como pseudocientífico. La etiqueta de positivo o negativo per se, es simplificarlo demasiado”. Explica que el objetivo de quienes se abocan a esta técnica “es distinto: si una firma te contrata para hacer un estudio que haga su producto más atractivo, por eso mismo no se desea que el resultado esté al alcance de los competidores y que se publique”.
Coincide Miguel Muñoz, CEO de Conecta Research & Consulting, en España, y doctor en ciencias sociales de la Universidad de Edimburgo, quien además plantea que en esta materia abunda un lenguaje hiperbólico, que es una figura que consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de que se habla. “Para la ciencia, eso no es bueno. Creo que el neuromarketing es una gran exageración”, subraya, y sugiere que tras ello pueden subyacer intereses económicos, por hacer carrera o la propia fascinación que supone lo que él denomina como “mística del cerebro”.
Ahora bien, pese a que señala que los postulados de esta especialidad son reales, consigna que “no son tan importantes”. ¿Por qué? Responde que algunos descubrimientos que reclama el neuromarketing son, en verdad, de la psicología de las emociones o de la psicología de la toma de decisiones.
En resumen, Muñoz indica que esta técnica “no es tan revolucionaria. Hay quien dice que, con esto, todo lo que se ha hecho en marketing cambia, que es un nuevo paradigma, que nos está revelando cosas que antes no conocíamos. Eso no es cierto. Por ejemplo, pareciera que el neuromarketing ha descubierto el papel de las emociones y que, hasta ahora, no las habíamos tenido en cuenta ni en psicología ni en marketing ni en investigación de mercado. Eso no es cierto”.
Desde la otra vereda, Álvarez sostiene que la disciplina está en su niñez y que recién se implementan una serie de modelos que demuestran “una base científica muy sólida y que los resultados son extraordinariamente positivos”. Añade que muchas de las críticas son prejuicios por desconocimiento y reacciones por temor al cambio.
La dimensión ética
Al ser algo nuevo, los alcances éticos del neuromarketing están también en debate. En este sentido, cabe preguntarse: ¿es ético que, por ejemplo en una tienda, existan estímulos que una persona ignora para inducirla a hacer una compra que de otro modo no realizaría?
Álvarez contesta que las estrategias no son para “vencer a los individuos, pues asumiríamos que no tienen intelecto. Otra cosa es convencer. Hacer válida esa hipótesis (la de inducir una compra que de otro modo no ocurriría) sería asumir un poder que ni el mercado ni la realidad humana otorgan”.
De todas formas, plantea que muchas veces “los avances científicos van por delante del marco jurídico. En este momento, ni la neuroeconomía ni el neuromarketing tienen una regulación. Esto obliga a que todos quienes estamos involucrados profesionalmente en esta disciplina desarrollemos elevadas prácticas éticas”.
Muñoz advierte que el componente ético proviene de la aceptación de la utilización de conocimientos sobre la percepción y la toma de decisiones de los seres humanos.
Mientras, San Martín expone que la persuación no fue inventada por el neuromarketing y que se ha aplicado históricamente en campañas políticas y publicitarias, aunque aclara que es difícil saber qué tanto más poderosas se podrían hacer dichas estrategias gracias a esta especialidad.
Con todo, afirma que la discusión ética pasa, por una parte, por la divulgación de las investigaciones. “No hay mejor vacuna contra el conocimiento 'mal usado' que el conocimiento bien usado”, enfatiza, y complementa que es responsabilidad de las personas documentarse acerca de las “herramientas que se utilizan para persuadirnos. En general, nadie lo hace y tenemos pocas excusas en esta era de la información, donde cada vez hay más revistas electrónicas y blogs de acceso abierto, además del material de prensa”.
Por otro lado, alude a que el neuromarketing podría generar productos y servicios positivos para los individuos. “Con herramientas de la neurociencia puedes conocer preferencias válidas de los seres humanos y si les puedes dar en el gusto, ¿por qué no hacerlo?”.
El futuro de la video conferencia según Google
Connbox es un prototipo que sirve para los servicios de voz y video, desarrollado por el estudio londinense BERG y junto con el equipo de Google Creative Labs pudieron presentar esta muestra.
Les invito a que revisen este video en donde muestra su funcionamiento, el modo de uso y demás.
martes, 26 de febrero de 2013
Recuerdos que provocan y venden
Cuando somos niños, el primer ser en enseñarnos a consumir es nuestra madre. Ella es el primer contacto humano que tenemos dentro y fuera del vientre. Ella nos enseña amar, a compartir, a demostrar nuestros sentimientos y emociones y algo que es muy importante, a "consumir". Si, creanlo o no, nuestra madre nos enseña que debemos de consumir dentro y fuera de ella, eso hace que en nuestro cerebro más profundo se escondan las tomas de decisiones que más adelante debemos de realizar. Que productos y que marcas vamos a consumir van a estar muy ligado a lo que nuestra memoria recuerde de ellos, que emoción nos trasmitió nuestro "ser mas querido" y lo transformamos en un dulce recuerdo, que se almacena en nuestra memoria a largo plazo.
Recientes estudios han demostrado que la información que recibe nuestro cerebro es de 200 mil billones de bit por segundo, de los cuales sólo 40 bits se almacenan en nuestra memoria de corto plazo. Eso hace que nuestros recuerdos más profundos esten almacenados en nuestro inconsciente. Como lo demuestra en este video Martin Lindstrom, nos explica cual fue el resultado de la investigación sobre estos recuerdos que provocan y venden.
lunes, 25 de febrero de 2013
La tecnología cambió la forma de acercarse al consumidor
Revistalideres.ec
No perdona errores. Es menos fiel a una marca y se aburre rápido, lo cual hace que el ciclo de vida de un producto sea cada vez más corto. El consumidor está cambiando, y no entenderlo puede llevar a las empresas a perder dinero e incluso desaparecer. Ese fue el tema de la conferencia Marketing para el Siglo XXI, organizada el pasado 19 de febrero por Design Shows y Aden Business School. El desarrollo de nuevas tecnologías está cambiando la forma de hacer y entender el marketing, según el principal conferencista del evento, Pablo López. Este experto argentino en fidelización de marca explica que estos cambios requieren de nuevas estrategias, y propone el “marketing experiencial” - es decir, conectar emocionalmente con el cliente.
Mónica Orozco / LIDERES
“Hoy no hay diferenciación ni en los productos ni en los servicios. Quieres abrir una cuenta en un banco y todos los bancos son similares… La diferenciación no se construye sobre atributos de productos, sino a través de la relación que tengo con el cliente y cómo genero un contacto emocional con él”. Lograrlo requiere de varias herramientas. Una de ellas es, por ejemplo, el ‘event marketing’, con el cual una empresa no debe conformarse con participar en una feria, sino hacer del evento una experiencia única para el cliente. Por ejemplo, la firma automotriz Jeep dio la oportunidad a los asistentes del New York Auto Show de conducir un auto en un circuito improvisado. “El 8% de 36 000 asistentes que vivieron la experiencia compró un modelo Jeep en menos de seis meses”. El beneficio de este tipo de estrategias es que permite medir resultados. Otra herramienta es usar SMS marketing. Por ejemplo, clientes de la cerveza Guinness recibían un SMS con la dirección del club donde invitaban una cerveza de esta marca si mostraban el mensaje. Videos, blogs y juegos en la red son otras herramientas para acercarse al cliente. También debe quedar claro que controlar la reputación de una marca ya no está en manos de los jefes del producto, sino de los consumidores.
López recuerda el caso de Dave Carroll, usuario de la aerolínea United Airlines. La firma no indemnizó a este cliente por romper su guitarra en un viaje. Tras nueve meses de reclamos, la firma le comunicó que no podía hacer nada y que no insistiera más. Dave respondió que haría una canción y un video de su experiencia y que conseguiría que un millón de personas lo vieran. El video (llamado United Breaks Guitar) fue visto en YouTube por cinco millones de personas en 20 días. United perdió USD 180 millones en ventas. La indemnización le habría costado solo USD 1 200, cuenta López.
Datos Marketing de guerrilla.
Las agencias se infiltran en “chat room” para difundir opiniones.
Game marketing. Crear juegos donde aparecen marcas es otra estrategia.
Publicidad en los Premios de la Academia
Cada año, la cantidad de marcas que tratan de colocarse dentro de la premiación de los Premios de la Academia, conocida como los premios Oscar, ha ido incrementando cada vez más y más. Como es de esperarse los costos en salir en TV son altísimos y en esta caso no seria la excepción. Este año las marcas tuvieron que invertir entre $1.6 a $ 1.8 millones de dólares para colocarse en el intermedio de la programación.
Les mostramos algunos de estos comerciales:
Les mostramos algunos de estos comerciales:
jueves, 21 de febrero de 2013
Fanta crea el primer anuncio masticable
martes, 19 de febrero de 2013
¿Tipografía vulgar?
Muchas veces pensaríamos que hemos visto diferentes tipografías en nuestra carrera profesional pero recientemente el diseñador Alex Merto, presento esta tipo un tanto "vulgar"
¿A ustedes que les parece?
lunes, 18 de febrero de 2013
Los atletas Olímpicos del Reino Unido tendrán nueva imagen de marca
Brandemia.org
Arrancamos esta semana con la energía que nos imprime la nueva identidad visual y verbal que representará a los atletas Olímpicos y Paralímpicos del Reino Unido a partir de ahora: British Athletics.
Tras la repercusión obtenida en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012, la federación de atletas del Reino Unido, United Kingdom Athletics (UKA) ha tomado la decisión de lanzar una nueva marca.
La United Kingdom Athletics (UKA) fue constituída a finales de los noventa (1999) con la finalidad de gestionar y fomentar todo lo relacionado con el deporte Olímpico y Paraolímpico.
Tras la investigación llevada a cabo por la consultora londinense SomeOne, se llegó a la conclusión de que era necesario desarrollar una identidad que fuese más atractiva para el consumidor y que invitase a más gente a practicar sus deportes.
Aunque las identidades visuales de organizaciones deportivas se usan a menudo en merchandising, ropa, material deportivo… desde SomenOne avisan que esta nueva marca se siente mejor representada en una placa.
Para este cometido, SomeOne London desarrolló una nuevo nombre: British Athletics y una nueva marca compuesta por un símbolo más visual que el anterior, capaz de representar a las 14 disciplinas deportivas al unísono e individualmente a la par.
Si desestructuramos el símbolo podremos ver a 14 atletas practicando sus respectivos deportes que conforman un escudo (o como dicen desde SomenOne: "Una insignia de orgullo atlético"). Todos ilustrados con un estilo vectorizado, para mi gusto con demasiado ruido y recargado. Cuando se trata de una comunicación destinada a un solo deporte, su pictograma dentro del símbolo se destaca con color.
La tipografía es correcta, en caja alta, y juega con los grosores de las dos palabras que la componenten: British y Athletics. Por la forma ondulada de la "R" diría que es una Fedra(www.typotheque.com).
Desde la organización y la propia consultora, ya saben que se trata de un símbolo muy cargado y complejo de reproducir y por eso anuncian de antemano que en las versiones reducidas el símbolo tiene que ir sobredimensionado. Pero para mi el problema está en esas líneas que recorren todas las ilustraciones, unas veces son sombras, otras veces son objetos, otras veces movimientos… me resulta algo confuso.
Concluyendo, el sistema de codificación de cada deporte puede ser muy interesante, pero queda deslucido con tanto ruido. Es una marca que me gusta, aunque ya veo a más de uno comparándola con Unilever… no sabría por donde empezar.
Arrancamos esta semana con la energía que nos imprime la nueva identidad visual y verbal que representará a los atletas Olímpicos y Paralímpicos del Reino Unido a partir de ahora: British Athletics.
Tras la repercusión obtenida en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012, la federación de atletas del Reino Unido, United Kingdom Athletics (UKA) ha tomado la decisión de lanzar una nueva marca.
La United Kingdom Athletics (UKA) fue constituída a finales de los noventa (1999) con la finalidad de gestionar y fomentar todo lo relacionado con el deporte Olímpico y Paraolímpico.
Aunque las identidades visuales de organizaciones deportivas se usan a menudo en merchandising, ropa, material deportivo… desde SomenOne avisan que esta nueva marca se siente mejor representada en una placa.
Para este cometido, SomeOne London desarrolló una nuevo nombre: British Athletics y una nueva marca compuesta por un símbolo más visual que el anterior, capaz de representar a las 14 disciplinas deportivas al unísono e individualmente a la par.
Si desestructuramos el símbolo podremos ver a 14 atletas practicando sus respectivos deportes que conforman un escudo (o como dicen desde SomenOne: "Una insignia de orgullo atlético"). Todos ilustrados con un estilo vectorizado, para mi gusto con demasiado ruido y recargado. Cuando se trata de una comunicación destinada a un solo deporte, su pictograma dentro del símbolo se destaca con color.
La tipografía es correcta, en caja alta, y juega con los grosores de las dos palabras que la componenten: British y Athletics. Por la forma ondulada de la "R" diría que es una Fedra(www.typotheque.com).
Desde la organización y la propia consultora, ya saben que se trata de un símbolo muy cargado y complejo de reproducir y por eso anuncian de antemano que en las versiones reducidas el símbolo tiene que ir sobredimensionado. Pero para mi el problema está en esas líneas que recorren todas las ilustraciones, unas veces son sombras, otras veces son objetos, otras veces movimientos… me resulta algo confuso.
Concluyendo, el sistema de codificación de cada deporte puede ser muy interesante, pero queda deslucido con tanto ruido. Es una marca que me gusta, aunque ya veo a más de uno comparándola con Unilever… no sabría por donde empezar.
lunes, 4 de febrero de 2013
sábado, 2 de febrero de 2013
Toyota gana la batalla ante el Super Tazón
Se ha conocido desde algún tiempo atrás que la gran mayoría de personas que asisten al partido del Super Tazón de fútbol americano, juegue quien juegue, están más interesados en los anuncios que van a ver en el medio tiempo que en el juego en si.
Este año, Toyota a sobresalido antes de que se empiece a jugar. Con un total de visitas, hasta el viernes por la mañana, de 11 millones con su campaña "Wish Granted", según Adage.
En segundo lugar encontramos a Volkswagen, con su campaña "Get Happy" con 6 millones de visitas.
Les invitamos a ver estos vídeos:
Toyota
Volkswagen
Audi
Samsung
Mercedes Benz
Coca Cola
Kia
Doritos
viernes, 1 de febrero de 2013
Los diseñadores gráficos más influyentes de los últimos 50 años
La revista GDUSA, por su edición de 50 años en el mundo editorial, presento un interesante listado de los diseñadores gráficos más influyentes del último medio siglo.
Aqui su listado:
1. MILTON GLASER
2. PAUL RAND
3. SAUL BASS
4. HERB LUBALIN
5. MASSIMO VIGNELLI
6. DAVID CARSON
7. PETER SAVILLE
8. PAULA SCHER
9. STEFAN SAGMEISTER
10. LOU DORFSMAN
11. WALTER LANDOR
12. SEYMOUR CHWAST
13. JAN TSCHICHOLD
14. IVAN CHERMAYEFF
15. SUSAN KARE
Además agregaron:
Primo Angeli
Charles S. Anderson
Herbert Bayer
Peter Behrens
Michael Bierut
Neville Brody
Robert Brownjohn
Margo Chase
Stan Church
Moira Cullen
Hillman Curtis
Paul Davis
Stephen Doyle
Joe Duffy
Shepard Fairey
Pablo Ferro
Tom Geismar
Charles S. Anderson
Herbert Bayer
Peter Behrens
Michael Bierut
Neville Brody
Robert Brownjohn
Margo Chase
Stan Church
Moira Cullen
Hillman Curtis
Paul Davis
Stephen Doyle
Joe Duffy
Shepard Fairey
Pablo Ferro
Tom Geismar
Steff Geissbuhler
Carin Goldberg
William Golden
April Greiman
Cheryl Heller
Steven Heller
Kit Hinrichs
Armin Hofmann
Mirko Ilic
Jonathan Ive
Alexander Isley
Tibor Kalman
Chip Kidd
Barbara Kruger
Raymond Loewy
Alvin Lustig
John Maeda
John Massey
Herbert Matter
Bruce Mau
Clement Mok
Josef Muller-Brockman
Cipe Pineles
Paul Sahre
Mary Scott
George Tscherny
Deborah Sussman
Ladislav Sutnar
Rick Tharp
Bradbury Thompson
Rick Valicenti
Rudy VanderLans
Jurek Wajdowicz
John Waters
Andy Warhol
Richard Saul Wurman
Lance Wyman
April Greiman
Cheryl Heller
Steven Heller
Kit Hinrichs
Armin Hofmann
Mirko Ilic
Jonathan Ive
Alexander Isley
Tibor Kalman
Chip Kidd
Barbara Kruger
Raymond Loewy
Alvin Lustig
John Maeda
John Massey
Herbert Matter
Bruce Mau
Clement Mok
Josef Muller-Brockman
Cipe Pineles
Paul Sahre
Mary Scott
George Tscherny
Deborah Sussman
Ladislav Sutnar
Rick Tharp
Bradbury Thompson
Rick Valicenti
Rudy VanderLans
Jurek Wajdowicz
John Waters
Andy Warhol
Richard Saul Wurman
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